En tiempos donde las historias de superación personal nos inspiran, la trayectoria de Claudia Patricia Bedoya Tuberquia en la Clínica El Rosario se erige como un faro de esperanza y determinación. Claudia ingresó a la Clínica en 1990 con un sueño claro: ser profesional y crecer tanto en lo personal como en lo laboral. Su mayor motivación siempre fue su madre, así como las ganas de superarse y salir adelante.
Comenzó su carrera como Auxiliar en Servicios Generales, rodeada de compañeras que la animaban constantemente. Esos primeros años estuvieron llenos de alegría y entusiasmo, ella siempre contó con el apoyo y la motivación de su equipo de trabajo.
Gracias a la colaboración de la Clínica y el convenio con el SENA, Claudia pudo continuar sus estudios y se graduó como Auxiliar Contable en 1994. Aunque seguía en su cargo inicial, el destino tenía planes mayores para ella. Cuando surgió la oportunidad de postularse para el cargo de Auxiliar Administrativo, Claudia se enfrentó a sus propios temores. Dudaba un poco si presentarse o no a esta oportunidad, pero su deseo de superarse la impulsaron a seguir adelante.
El proceso de selección fue desafiante, con pruebas y exámenes que pusieron a prueba sus habilidades. Una semana después, Claudia recibió la noticia que cambiaría su vida: había sido seleccionada para el nuevo cargo. La felicidad y gratitud que sintió en ese momento fueron inexplicables.
Hoy, después de 34 años en la Clínica El Rosario, Claudia no solo ha alcanzado sus sueños, sino que también ha encontrado en su lugar de trabajo una familia y una segunda casa. Su historia es un recordatorio de que, con determinación, es posible superar cualquier obstáculo.
“Agradezco a todos los que hicieron parte de este camino y creyeron en mí”, nos dice Claudia, con una humildad que solo incrementa la admiración que sentimos por su trayectoria.
Historias como la de Claudia nos muestran que, con esfuerzo y dedicación, podemos alcanzar nuestras metas y convertir nuestros sueños en realidad. Que su ejemplo nos sirva de inspiración para enfrentar nuestros propios desafíos con valentía y determinación.
